La naturaleza es una gran farmacia
Dotada de plantas con características curativas que desde hace tiempo son utilizadas por la humanidad como una medicina tradicional para aliviar síntomas y tratar enfermedades.
Hojas, tallos, raíces, flores, frutos e incluso cortezas contienen principios activos que los convierte en ingredientes principales para acciones terapéuticas hacia diferentes padecimientos tanto en personas o animales.
Los expertos en esta medicina han heredado y desarrollado procesos para incluir las plantas en ungüentos, pomadas, aceites, infusiones y hasta en formas farmacéuticas como cápsulas y comprimidos.
Uso de plantas medicinales desde épocas ancestrales
Esta variedad vegetal, distribuida en diferentes regiones del mundo, desde épocas ancestrales también es utilizada por motivos de belleza e higiene en forma de cosméticos.
Los egipcios aplicaban en su piel un aceite hecho de almendra, lino y aguacate para borrar los efectos negativos de las ráfagas de viento y rayos del sol, además crearon perfumes con el agua de rosas.
Los árabes impedían la caída del cabello utilizando un compuesto hecho de hojas de mirto machacadas y remojadas en aceite de oliva durante un periodo de tres semanas bajo el sol.
Babilonios, asirios, indios y otras civilizaciones buscaban plantas aromáticas para quemar dentro de los templos, lo cual es considerado antecedentes de la aplicación de perfumes.
Los mayas, una civilización con estrecha relación con la naturaleza, utilizaban el gordolobo para la irritación de garganta y la guayaba para curar enfermedades estomacales como la diarrea.
En el papiro de Ebers, escrito según los historiadores en el 1550 A.C, se habla de 800 recetas en las que se utilizan plantas para terapias medicinales.
Un censo de la institución botánica londinense Kew Gardens arrojó como resultado la existencia de más de 28 mil plantas medicinales encontradas en diferentes partes del mundo.
China es el país con más plantas medicinales en su territorio, unas 5 mil y luego va México con un registro de 4 mil 500.
Estos aportes históricos demuestran que el uso de plantas medicinales ha cruzado por varias generaciones hasta nuestra actualidad descubriéndose en ellas más propiedades a través de estudios motivados en encontrar una solución natural.
La aparición de la dermocosmética
Las investigaciones farmacológicas registran en los últimos años fuertes inversiones en intensa búsqueda de nuevas sustancias activas en las plantas para la creación de fármacos por ser fáciles de sintetizar a un bajo costo.
El descubrimiento de más beneficios vinculados al uso de plantas medicinales fortaleció una rama paralela al sector farmacéutico, la dermofarmacia, definida como la disciplina que estudia y fabrica productos para su aplicación tópica a nivel terapéutico.
Esto, también generó la aparición de la dermocosmética que cumplen dos funciones al momento de ser aplicada en nuestra piel, mantener saludable este órgano y buscar un beneficio en cuestiones de belleza.
Cosméticos y dermocosméticos, no son lo mismo, los primeros generalmente conocemos su resultado tras su aplicación, los otros entran al mercado después de una serie de estudios clínicos que garantizan su eficacia para el tratamiento de trastornos o alteraciones de la piel.
Las alergias y los riesgos para la salud que provocan una gran cantidad de químicos han motivado en los últimos años a la elaboración de dermocosméticos naturales más tolerantes para la piel por llevar entre sus principales ingredientes plantas medicinales con activos muy similares a sustancias o mezclas más cercanas a lo natural.
Plantas medicinales en la industria dermocosmética
La mayoría de las plantas utilizadas en la industria dermocosmética contienen principios activos que limpian, hidratan y suavizan la piel, ya que este órgano, el más grande y expuesto en nuestro cuerpo, tiene un gran poder de absorción.
Además también otorgan otros beneficios para el cuerpo como aliviar irritaciones o quemaduras, desintoxican, combaten la presencia de hongos y bacterias, suavizan o previenen la caída del cabello y resuelven muchos problemas dérmicos.
Por ejemplo, el romero sirve para mascarillas revitalizantes, mientras que las hojas tomillo son usadas para baños y lociones.
El aloe vera, una planta muy conocida en la industria cosmética, es materia prima para la creación de geles que curan quemaduras, picaduras y alergias cutáneas.
La flor de lavanda por ser muy aromática y antibacteriana es ideal para aprovechar su principio activo en la producción de jabones; el limón es muy efectivo para la aclaración del cabello rubio.
La manzana rejuvenece las pieles grasas, la cebolla atenúa manchas, el hibisco de flor contiene elementos que evitan el envejecimiento protegiendo a las células y la mejorana en aceite es útil para curar infecciones en el cuero cabelludo.
El aguacate sirve para mascarillas, el rábano aclara manchas cutáneas, el membrillo previene arrugas y la zanahoria procesada en loción alivia las quemaduras.
Cuidado al elaborar cosméticos con plantas medicinales
Un cosmético hecho a base plantas medicinales siempre será más recomendable que uno elaborado con químicos muy dañinos para el cuerpo, su aplicación no representa un peligro para la salud, ni encaminará a la persona a ser parte de la epidemia de cánceres que causan sustancias completamente alejadas de lo natural.
Aunque puedes elaborarlo en casa es de suma importancia conocer bien las plantas que necesitas, sus formas, colores y dónde es común hallarlas, esta precaución evitará que mezcles alguna planta tóxica muy parecida a la medicinal.
Además, algunas plantas medicinales podrían ser tóxicas si excedes las dosis recomendadas por quienes tienen un amplio conocimiento sobre ellas. Otro problema es desconocer si previo a su cosecha recibieron un plaguicida u otro contaminante.
De hecho las plantas medicinales que forman parte de los ingredientes de fármacos pasan por un estricto control sanitario que garantiza su uso saludable en la industria y para el consumidor.
Antes de hacer tus cosméticos naturales en casa investiga a detalle sobre las plantas a utilizar en el proceso para que la búsqueda de un beneficio saludable no termine en una intoxicación.
Empresas certificadas, la mejor opción para conseguir cosméticos
Otra opción es acercarse a las empresas certificadas en el uso de recursos naturales para la creación de cosméticos que evitan la presencia de sustancias químicas peligrosas para el cuerpo en sus productos.
Estas compañías también enfocan sus proyectos en el cuidado del medio ambiente entregando sus productos en embalajes reciclados o con la posibilidad de ser reciclados para no ser parte de la contaminación que afecta el planeta.